Este Blog se ha creado con el objetivo de informar sobre el viaje fin de carrera de Magisterio de Audición y Lenguaje de la Universidad Autónoma de Madrid a Túnez, una semana a finales de Febrero de 2009.

Con él se pretende informar a las personas que asistan al viaje de aquéllas incertidumbres que el viaje les pueda ocasionar. Al mismo tiempo hacer de éste blog un punto de referencia para terceras personas que tengan interés en conocer el Norte de África, o en algún otro año irse de viaje de Fin de Carrera!!

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15 de agosto de 2009

Crítica a Túnez (qué NO nos gustó)

Que nadie se sienta ofendido al leer esto. Cuando digo "lo que no nos gustó" no quiero decir que no nos gustara el país o sus habitantes. Todos las criticas que hago no son un rasgo peculiar de Túnez, sino del turismo de masas. Gran parte de lo que podéis leer a continuación ha ocurrido (y ocurre) en España y en otros países. Mi opinión es probablemente fruto de la ignorancia, pues conocí poquísimo del país gracias a la mala gestión de Travelplan. Desgraciadamente, haber tenido mala suerte deja mal recuerdo.

Nos habían dicho que Túnez era un país muy desarrollado turísticamente, que era el más europeizado de todos los del norte de África y que no veríamos el exotismo de otros países de su entorno. La verdad es que Túnez es más interesante en las zonas no turísticas. El desarrollo turístico recuerda al de la España de los años 60. Todos los vicios de aquella época parecen resucitar aquí: el ligón de playa, el estereotipo del "guiri" estúpido, rico y fácilmente estafable, el desarrollo urbanístico desaforado. En cierta forma, uno siente vergüenza propia, pues estar en Túnez es ponerse en el pellejo de aquellos turistas que venían a España en los gloriosos años del desarrollismo.

Me dijo un tunecino en broma, que después del fútbol, el deporte nacional es timar a los turistas. Mala política, porque el viajero traga, no le queda otro remedio, pero toma buena nota del trato que recibe. Si la comida está incluida en el paquete turístico, el establecimiento se las arregla para cobrársela otra vez íntegra mediante el pago de la bebida (no incluida). El agua se cobra a precio de plata, la cerveza al de oro y el vino al de platino. Toda la preocupación del servicio de los restaurantes, chef y camareros es celebrar el rito de la distribución y cobro de la bebida de los pobres turistas. Se establecen sistemas complejísimos de distribución de los preciados líquidos: unos toman nota del pedido, otros custodian el depósito de bebidas, otros las sacan al comedor, otros las distribuyen por las mesas, otros la cobran y todos parecen vigilarse mutuamente. El resultado es desolador, en muchas ocasiones te sirven las bebidas a los postres y encima se mosquean si les dices que se las pueden llevar, que ya no las quieres. Insisten en cobrar la bebida cuando te la llevan en el momento que te estás levantando de la mesa.



Pienso que muchos consideran legítimo y encomiable perseguir al turista hasta robarle hasta el último euro. A la hora de cobrar, o preguntar un precio, te miran de arriba abajo evaluando cuanto te pueden sacar, ponderan tu aspecto, nacionalidad, vestimenta y cara de estúpido y te piden el dinero. Si pagas sin rechistar, siempre piensan que te podían haber sacado más e incluso se permiten rectificar al alza. Es lo mismo que practicamos los españoles con los "guiris", pero sufrido en las propias carnes.

Las profesiones menos próximas a ésta mina de oro no renuncian a su parte. En el trayecto por el desierto en 4x4 para visitar los oasis del desierto, surgieron dos policías de una garita en medio de la nada y comenzaron a pedir papeles. Hasta que nuestros guías no les dieron su "mordida" envuelta en una servilleta de papel (dinero por supuesto) más galletas y dos botellas de agua mineral, no nos dejaron proseguir nuestra marcha. El último día, en el aeropuerto, pasando el último control aduanero de la policía, los funcionarios, que deseaban que nos lleváramos un grato recuerdo de su país, después de cerciorarse que no había ningún testigo próximo, nos pidieron dinero. Eso con nuestros pasaportes en sus manos y en un claro intento de extorsión. Como no tragamos, se cabrearon, pero al final nos dejaron pasar gesticulando despectivamente. ¡Nos dijeron que todos los españoles eran ricos!.

Otra de las costumbres nacionales es el cobro por los "derechos de fotografía". En todas las visitas a museos y lugares arqueológicos hay que pagar entrada, pero si quieres fotografiar o filmar, entonces hay que abonar un segundo ticket. Es un abuso más, pues saben que mucha gente quiere llevarse un recuerdo de los lugares que visita. Es triste, pero la gran mayoría de los locales que se te acercan en zonas turísticas para entablar conversación, para enseñarte algo, para hacerte un favor, o para que les hagas una fotografía acaban poniendo la mano.



En las zonas arqueológicas como Tuburbo Majus y Dougga , al igual que ocurre en las ruinas de Egipto y Turquía, se encuentran individuos que venden falsas antigüedades a precio de oro. Generalmente ofrecen reproducciones de monedas romanas a turistas rezagados. Por supuesto te las venden como auténticas, a escondidas, y te cuentan que son fruto de excavaciones ilegales. Si estafan a gente que cree comprar monedas fruto de un expolio, lo tiene bien merecido.

En cuanto a los guías, cada uno cuenta la feria según le ha ido. En otros países nos ha ido bien, en éste mal. Todos los que han viajado un poquito por países del norte de África, saben que los guías te llevan a tiendas donde se llevan un tanto por ciento de las ventas que hace el grupo. En este viaje a Túnez, los guías nos llegaban a preguntar uno a uno, que es lo que habíamos comprado y cuanto nos había costado. Teniendo en cuenta que pasamos más tiempo metidos en chiringuitos de mala muerte que en visitas realmente turísticas, imaginaros lo contentos estábamos todos. Sin embargo, mucha gente me ha dicho que gracias al guía y al conductor disfrutaron de un viaje inolvidable.

Hay gente que disfruta con el regateo, para mí no tiene ningún encanto, sólo sirve para perder muchísimo tiempo en comprar cualquier baratija que encontrarás a tu vuelta a España muchísimo más barata y de mejor calidad en un gran almacén. Si cuentas el tiempo que pierdes regateando y viendo precios en las tiendas de los zocos y los mosqueos que pillas, más vale comprar todo en tiendas de precio fijo, que también existen. Mucha gente acaba no comprando apenas, porque le supone una tortura insoportable aguantar la brasa del regateo para encima acabar estafado. Respecto a los recuerdos y la artesanía hay de todo, desde piezas de buena calidad hasta abundantes "souvenirs" tunecinos made in China, hay que fijarse bien.

Es una verdad de Perogrullo, pero las joyas donde mejor se compran es en las joyerías. Lo que venden en los zocos como "plata bereber", no es plata. La pesan con gran ceremonia, pero es una aleación blanda de escaso valor.

Merece un capítulo especial la compra de alfombras. Las hay artesanas de buena calidad y normalitas de fabricación industrial. Si habéis pensado en comprar una, mejor os documentáis sobre precios y calidades antes de comprar allí. Mucha gente que ni se le había pasado por la cabeza comprar una alfombra, vuelve a casa con una porquería pagada a precio de oro. Utilizan técnicas de persuasión diabólicas, tipo a las de la venta de apartamentos en multipropiedad. Pensarlo bien antes de tener que arrepentiros toda la vida.



Tendré que volver por mi cuenta a conocer el país. Me resisto a creer que todo es como en las zonas turísticas, pienso que en los lugares apartados existe todavía la proverbial y desinteresada hospitalidad de los pueblos musulmanes. Buena y mala gente hay en todos los sitios.

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