Túnez fue hace dos milenios la antigua FENICIA, qus surcó el Mediterráneo una y otra vez para comercializar sus productos en las diferentes tierras. De entonces, todavía se mantiene ese afán comercial, porque quizá lo peor de Túnez es que la venta forma parte de tal manera de su civilización, que no puedes recorrer una Medina sin caer una y otra vez en cada puesto. En Túnez encontrarás multitud de productos maravillosos y los vendedores regatearán insistentemente, corriendo detrás de ti por las calles si fuese necesario para que finalmente compres. Por sus venas corre la sangre fenicia, la pasión por el comercio, la navegación, el conocimiento de nuevas culturas...
Posteriormente, Túnez fue provincia romana, pasó a formar parte del IMPERIO ROMANO. De hecho la proximidad de Túnez, muy cercana a la Península Itálica y en un punto estratégico en mitad del Mediterráneo la convirtió en una de las principales provincias romanas. Prueba de ello es que precisamente en el territorio que hoy ocupa la actual Túnez estuvo una de las ciudades más importantes de todo el imperio, la legendaria Cartago, cuyas ruinas hoy podemos aún visitar. Otro de los puntos turísticos fundamentales es también de origen romano, el Anfiteatro del Djem, uno de los mejores conservados de todo el mundo.
Tras la caída del Imperio Romano Túnez ha vivido su propia historia durante siglos como uno de los países árabes del MAGREB. Le religión es musulmana y es un país de grandes contrastes, aunque en la actualidad, podemos afirmar, aunque con reservas, que es sin duda el país más europeizado de todo el Magreb. Precisamente esta europeización y apertura al mundo se debe en gran medida a que durante mucho tiempo y hasta 1956 fue PROTECTORADO FRANCÉS. De hecho, a pesar de que casi todos esos países estuvieron bajo algún protectorado europeo, Túnez fue uno de los que mejor se adaptó a ello, intentando sacar las cosas positivas que tuvo ese regimen, y de hecho la apertura social y vital de Túnez se debe sin duda a ese protectorado.
Hoy en día Túnez es un país abierto al mundo, que vive principalmente del turismo y que como tal, se esfuerza en mimarlo y dar lo mejor de sí mismo. Sin embargo, esa apertura social se puede ver sin problemas en las ciudades del litoral costero, que son especialmente turísticas y más europeizadas, y especialmente dentro de ellas a la capital, Túnez, y a la bella ciudad de Sousse.
Pero Túnez es un país de contrastes, hay dos países dentro del mismo, la parte europea del litoral y la parte del desierto. Según te vas adentrando hacia el desierto, vas descubriendo que algunas costumbres, tradiciones y formas de vida que son de muchísimos siglos atrás. Incluso en una parte del desierto, la gente sigue viviendo como los trogloditas en cuevas excavadas en la roca. Es un contraste muy grande pensar que en pocos kilómetros la vida puede cambiar tanto, hablando de una evolución que podría corresponderse quizá a 30 siglos.
Escrito por Itaca213
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